Hijo de juez de Morelos lleva 6 meses secuestrado

Cuernavaca, Mor. Fabián Tonatiuh Tlalapango Flores lleva seis meses secuestrado. Inicialmente, sus captores pidieron tres millones de pesos para liberarlo, pero al no pagarles y denunciar el suceso ante la Unidades Especializadas en Combate al Secuestro (UECS) y descubrirse que la banda que lo plagió está integrada por trabajadores del Tribunal Superior de Justicia, del Tribunal Unitario de Justicia para Adolescentes (TUJA) y probablemente hasta por funcionarios del gobierno del estado, se desconoce si el joven continúa vivo. La investigación tampoco avanza, denunció el padre del joven, Fabián Tlalapango Carrasco.

Fabián Tonatiuh Tlalapango Flores es hijo de la juez de Primera Instancia de lo Familiar con sede en el municipio de Jiutepec, Edith Flores Castillo.

El día que fue plagiado, el 8 de mayo de 2016, fue invitado a una fiesta por dos trabajadores del Poder Judicial. Desde entonces ya no volvió a casa, relató su padre, tras señalar que a dos de tres detenidos ya se les vinculó a proceso en diciembre pasado. Se trata de ex trabajadores del Poder Judicial, uno del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y el otro del TUJA.

“Mi hijo fue invitado a una fiesta por tres amigos: Jorge, Jonathan y Héctor. Los dos primeros son los empleados del Poder Judicial del estado de Morelos. La fiesta supuestamente se realizó en la ciudad de México, pero se lo llevaron a San Juan Teotihuacán, estado de México, a un bar que se llama Villa Carranza.

“La última comunicación que tuvimos fue como a las 12 de la noche, cuando estaba con esas personas y otras. Después, ya no supimos de él sino al cuarto día de la supuesta fiesta, cuando nos hablaron para exigirnos tres millones de pesos. Les dijimos que no tenemos esa cantidad, y sólo nos conminaron a juntar el dinero, pero nunca me comunicaron con mi hijo”, dijo el padre de Tlalapango Flores en entrevista.

El padre de la víctima lamentó que el gobernador Graco Ramírez niegue la inseguridad que se vive en Morelos cada día, y que tantas familias continúen siendo víctimas de plagio, además que hasta hoy no se conozca del paradero de su hijo.

“Los del gobierno tratan de ocultar los secuestros para que no se aumenten las estadísticas de este delito y ‘no alarmar’ a la sociedad, pero esto sigue sucediendo. Por ejemplo, cuando nos pasó a nosotros y lo denuncié ante la Fiscalía General del Estado, lo primero que me pidieron fue que me quedara callado y que confiara en ellos. Pero cuando detienen a tres personas que laboraban en el Poder Judicial y aseguran que no saben dónde está mi hijo, ya no se puede confiar más en ellos”, agregó Tlalapango Carrasco.

jornada.unam.mx